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Por Paula Garda y Michael Koelle, Departamento de Economía de la OCDE
Perú ha logrado significativos avances en las últimas dos décadas hasta 2019 en la reducción de la pobreza y la mejora de los niveles de vida, superando a muchos países de América Latina, como se destaca en el Estudio Económico de la OCDE de Perú 2023. La base de este progreso fue un sólido marco macroeconómico y ambiciosas reformas estructurales implementadas en la década de 1990. Estas reformas han logrado darle al país estabilidad macroeconómica, alto crecimiento económico, baja inflación y una de las menores ratios de deuda pública- PIB en la región.
Sin embargo, la pandemia de COVID-19 puso de manifiesto los desafíos estructurales pendientes. Perú experimentó una de las contracciones económicas y tasas de mortalidad más altas de todos los países. La economía se recuperó en 2021, gracias a los existentes amortiguadores fiscales. Pero la recuperación fue transitoria y una serie de shocks, como la guerra de agresión de Rusia en Ucrania, conflictos sociales y el fenómeno del Niño, provocaron presiones inflacionistas y una ralentización económica. Se prevé que la economía se recupere gradualmente y que la inflación vuelva al rango objetivo a principios de 2024. Sin embargo, Perú se enfrenta a problemas estructurales de larga data, como una alta proporción de empleos informales, amplias brechas en infraestructuras básicas y un débil Estado de Derecho. Estos problemas no sólo magnifican el impacto de shocks adversos y las desigualdades socioeconómicas, sino que también frenan a Perú en su camino hacia mejores niveles de vida.
A medida que el Perú se embarca en su viaje hacia la adhesión a la OCDE, el proceso representa una oportunidad transformadora para que el país diseñe e implemente una agenda integral de reformas para fomentar la convergencia hacia mejores niveles de vida para todos los peruanos. El Estudio Económico del Perú 2023 destaca cuatro áreas prioritarias de reformas:
Fomentar el crecimiento de largo plazo
La convergencia de ingresos hacia los países más avanzados se estancó en 2014 con el fin del auge de los precios de las materias primas, por lo que es de suma importancia impulsar la productividad y la inversión. Aunque las materias primas, en particular los minerales, han impulsado el crecimiento en el pasado, es necesario ampliar la base productiva de la economía. La elevada concentración del poder de mercado en unos pocos grandes grupos empresariales reduce el dinamismo del mercado. Esto exige reforzar la aplicación de las leyes de competencia y simplificar las regulaciones y licencias para impulsar la productividad. Además, una mayor eficiencia del gasto público ayudaría a cerrar las brechas en infraestructuras y a prestar servicios públicos esenciales, impulsando al mismo tiempo el crecimiento potencial. Ello implica reforzar las capacidades de los gobiernos subnacionales, mejorar la planificación de las infraestructuras y modernizar el servicio civil para aumentar la capacidad de implementación del Estado. El fortalecimiento del Estado de Derecho mediante la lucha contra la corrupción y la mejora de la independencia y la eficiencia del sistema judicial es igualmente importante, ya que no sólo fomenta la inversión, sino que también puede restablecer la confianza en las instituciones.
Luchar contra la informalidad
La informalidad representa un gran desafío para Perú, con cerca del 80% de los trabajadores en empleos informales, sin protección social o laboral, y al margen del sistema formal de impuestos y transferencias. Aunque no existe una solución milagrosa, ya que las raíces de la informalidad son multidimensionales, fomentar la formalidad a través de un paquete integral de reformas es esencial para reducir la pobreza y las desigualdades, impulsar la productividad y mejorar la recaudación tributaria. Garantizar un acceso universal a unos servicios básicos de protección social – en salud, pensiones y asistencia social – tanto para los trabajadores formales como informales, podría eliminar algunas distorsiones que incentivan la informalidad. Para ello es necesario aumentar el gasto social financiado con impuestos generales en lugar de con contribuciones sociales que encarecen la creación de empleo formal incentivando así la creación de empleo informal. Proporcionar un acceso universal a las pensiones y a los servicios de salud financiados por impuestos generales ofrece la posibilidad de reducir las contribuciones sociales de los trabajadores de bajos ingresos, promoviendo el empleo formal e impulsando la productividad. Mejorar el acceso a una educación de alta calidad aborda otra de las causas fundamentales de la informalidad, la baja productividad laboral. Cerrar la brecha en los resultados de aprendizaje, especialmente entre los estudiantes desfavorecidos, requiere mejorar la formación de los maestros y abordar las deficiencias de las infraestructuras escolares.
Fortalecer las finanzas públicas
Los ingresos tributarios del Perú, del 17% del PIB, son inferiores a los de sus pares de la OCDE y de la región. Un reto clave para Perú es mantener la responsabilidad fiscal al tiempo que se abordan las necesidades sociales y de infraestructura. Enfrentar este desafío requiere un enfoque multidimensional: mejorar la eficiencia del gasto público al tiempo que se refuerza la administración tributaria, se reducen los gastos tributarios, se moderniza el catastro y se racionalizan y simplifican los regímenes del impuesto a la renta de sociedades.
Afrontar el cambio climático
El cambio climático plantea otro desafío importante para Perú. El país es muy vulnerable a los fenómenos meteorológicos extremos y se ha comprometido a alcanzar la neutralidad de carbono para 2050. Para lograr este objetivo, el país debe combatir la deforestación -un importante contribuyente a las emisiones de gases de efecto invernadero- y acelerar el uso de fuentes de energía renovables aplicando regulaciones más estrictas y señales de precios coherentes para reducir la dependencia de los combustibles fósiles, aprovechando el enorme potencial que el país tiene en energías renovables.
Mientras Perú navega por estos desafíos multidimensionales, el proceso de adhesión a la OCDE puede ofrecer un marco para reformas que aborden las vulnerabilidades existentes y permitan la convergencia hacia niveles de vida más altos para todos los peruanos. Esta hoja de ruta, basada en evidencia y buenas prácticas, debería aprovechar lo que ha funcionado bien, como el sólido marco macroeconómica que ha impulsado el crecimiento económico de Perú. Llevar a cabo esta transformación exige consenso político, políticas basadas en evidencia y esfuerzos de todos los peruanos.
Referencias

OECD (2023), OECD Economic Surveys: Peru 2023, OECD Publishing, Paris, https://doi.org/10.1787/081e0906-en