América Latina: Estabilidad fiscal y equidad, un camino compartido hacia el progreso.

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Jens Arnold, Aida Caldera, Priscilla Fialho, Paula Garda, Alberto González Pandiella, Michael Koelle, Alessandro Maravalle, Adolfo Rodriguez-Vargas and Elena Vidal, Departamento de Economía, OCDE

Después de dos años con altos crecimientos, mejores de lo esperado, América Latina está volviendo a la senda de bajo crecimiento que tenía antes de la COVID-19. Para 2023 se espera una fuerte ralentización económica, mayor que en el resto del mundo. Esto se debe a una demanda externa que pierde dinamismo y un consumo doméstico golpeado por la pérdida del poder adquisitivo de los hogares, como consecuencia de elevadas tasas de inflación y del endurecimiento de las condiciones financieras entre otros. Mientras que las economías OCDE crecerán un 1.4% en promedio en 2023, el PIB de los siete países de América Latina aumentará un 1.5%. Para 2024 se prevé una mejora, las economías de América Latina repuntaran ligeramente hasta un 1.7% en promedio, por encima del crecimiento promedio de las economías de la OCDE (Cuadro 1), si bien este crecimiento no será suficiente para lograr la convergencia en PIB per cápita con la OCDE. Por otro lado, la inflación se ha ido moderando gradualmente en la mayoría de los países después de alcanzar niveles históricos, gracias a la rápida y fuerte subida de las tasas de política monetaria y menores precios globales de combustibles y alimentos.

Este panorama, ya de si poco alentador, está acompañado de una elevada incertidumbre y de riesgos domésticos y externos inusualmente altos. Un crecimiento mundial menor de lo previsto, especialmente en Estados Unidos y en China, acompañados de una inflación más persistente de lo esperado que implique una política monetaria más restrictiva en el mundo y en la región, representan claros riesgos a la baja. Aunque los buenos niveles de liquidez y capitalización en el sector bancario permitieron que las recientes turbulencias internacionales tuvieran un impacto mínimo en los países de la región, el endurecimiento de las condiciones financieras a nivel global, junto con los signos de inestabilidad en el sector bancario internacional, podrían causar salidas de capitales y un repunte de la aversión al riesgo, junto a volatilidad de los tipos de cambio y del coste de financiación. En términos domésticos, la frecuencia de eventos climáticos severos se ha incrementado debido al cambio climático. Lo mismo sucede con las tensiones sociales que fueron exacerbadas por la pandemia y con las recientes presiones inflacionarias.

A pesar de estas dificultades, un futuro próspero y equitativo en América Latina es posible. Navegar los riesgos en el horizonte requiere fortalecer las cuentas públicas al tiempo que se atienden las crecientes demandas sociales y se mejora el crecimiento de una forma duradera.

Cuadro 1. Perspectivas económicas de los países de América Latina

Nota: América Latina (ALC) es la media ponderada por PIB a paridad de poderes de compra de los 7 países en la tabla para el PIB; y la media simple de los países incluidos en el cuadro para la inflación.
Fuente:  OCDE Perspectivas Económicas No. 113, junio de 2023.

Fortalecer las cuentas públicas y proteger a los más vulnerables

La situación fiscal permanece frágil en la región. Si bien los déficits fiscales disminuyeron en 2022, la deuda pública sigue históricamente elevada y la carga de intereses ha aumentado, siendo ésta muy sensible al endurecimiento de las condiciones de financiación globales. Todo ello junto con un crecimiento débil plantea riesgos para la sostenibilidad fiscal. Proseguir la consolidación fiscal es crucial para restaurar la confianza de los mercados y reducir los costes del servicio de la deuda a la vez que se enfatiza el gasto social para apoyar a los pobres y hacer frente a las necesidades crecientes en educación, sanidad y protección social. Alcanzar estos objetivos requerirá la movilización de ingresos de manera progresiva, favorable al crecimiento y equitativa. Los programas de transferencias de apoyo social en un contexto de alta inflación deben ser temporales y focalizados hacia los más vulnerables y reducir los incentivos a la informalidad.

Fomentar la participación laboral de las mujeres: clave para impulsar el crecimiento inclusivo

Para impulsar el crecimiento potencial y reducir las desigualdades en América Latina será clave una agenda de reformas para mejorar el acceso y la calidad de la educación, incrementar la competencia y reducir las brechas de infraestructura (transporte y digital). Pero también incrementar la participación laboral de las mujeres será un ingrediente prioritario. La brecha en las tasas de participación femenina en el mercado laboral respecto a los hombres es grande, mayor que el promedio de la OCDE (Gráfico 1). Además, cuando las mujeres trabajan tienen más probabilidades de tener trabajos informales con peores condiciones laborales, reduciendo sus salarios. Cerrar estas desigualdades de género impulsarían muy significativamente el crecimiento en la región de una forma equitativa. No solo se incrementaría el número de personas en la fuerza laboral, sino que también se impulsaría la productividad, al mejorar la adecuación entre trabajadores y empleos. A su vez, el mayor crecimiento económico también tendría un impacto fiscal positivo, ayudando en el reto de fortalecer las cuentas públicas.

¿Como hacerlo? Promover el acceso a la educación inicial, que a pesar del progreso reciente es insuficiente en la mayoría de los países de América Latina, es clave para aumentar la participación laboral de las mujeres. La tasa de participación escolar de los niños menores de 6 años es a menudo más baja en los hogares de menores ingresos, donde las necesidades de cuidado impiden que las madres participen en el mercado laboral. Deben incrementarse la oferta de plazas en las guarderías y subsidios para los hogares con menos recursos. Estas distorsiones de género en el mercado laboral están también estrechamente relacionadas con las desigualdades en la formación de las mujeres. Por tanto, es crucial seguir invirtiendo en educación básica accesible y de calidad. Finalmente, es necesario promover campañas de sensibilización y educación para combatir estereotipos de género tan arraigados en los países de América Latina.

Gráfico 1. La brecha de género en participación laboral en los países de Latinoamérica está muy por encima del promedio de la OCDE

Participación laboral, población 15-64 años de edad, por sexo, 2021

Fuente : OCDE, base de datos de estadísticas de población activa; y Perú: INEI.

Más información:

OECD Economic Outlook, junio 2023– Reporte completo en inglés con las proyecciones macroeconómicas, los principales desafíos estructurales e información detallada por país.

Perspectivas económicas de la OCDE para países de América Latina, junio 2023.

Información detallada para Argentina | Brasil | Chile | Colombia | Costa Rica | México | Perú

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