Reactivar la inversión: un reto pendiente para México

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Por Alberto González Pandiella y Alessandro Maravalle, Departamento de Economía de la OCDE

México se está recuperando gradualmente de la recesión inducida por la pandemia. Se espera que la economía crezca un 2,3 % este año y un 2,6 % en 2023. Las exportaciones seguirán beneficiándose del fuerte crecimiento de Estados Unidos. Con una proporción cada vez mayor de la población vacunada y la mejora gradual en el mercado laboral, el consumo también será un motor clave del crecimiento. Sin embargo, un desafío clave pendiente para México es reactivar la inversión. La inversión ha estado apagada desde 2015 y en caída desde 2019 (Gráfico 1). 

Gráfico 1. La inversión ha sido débil 

Formación bruta de capital fijo, índice, 2015-1T = 100 

Fuente: OCDE, base de datos de Perspectivas Económicas.

El último Estudio Económico de México argumenta que hay espacio para crear mejores condiciones tanto para la inversión pública como para la privada. México ha sido fiscalmente prudente a lo largo de los años, cumpliendo sus objetivos fiscales y asegurando la sostenibilidad fiscal a pesar de tener la relación impuestos/PIB más baja de la OCDE, con solo el 16 % del PIB. Pero esto se ha logrado en gran medida recortando el gasto, en particular la inversión pública. La pandemia ha exacerbado las necesidades de inversión pública, ya que los sistemas de salud y educación están bajo presión. Las brechas en la infraestructura también siguen siendo significativas. Por ejemplo, el aumento de la inversión pública necesaria para cerrar la brecha de infraestructura en México se estimó en 1.3 puntos porcentuales del PIB al año (Woetzel et al., 2017). Un aumento gradual de los ingresos tributarios ayudaría a responder a las necesidades de inversión pública y fortalecer la recuperación, manteniendo el compromiso con la sostenibilidad fiscal. Efectuar análisis costo-beneficio rigurosos y transparentes aseguraría una buena selección de proyectos y ayudaría a responder a las necesidades de inversión pública de manera costo-efectiva. 

La inversión privada se ha visto obstaculizada por la gran incertidumbre sobre la configuración de las políticas internas. La incertidumbre aumentó especialmente tras las propuestas de reforma del mercado eléctrico. El potencial para que la inversión se reactive vigorosamente es alto, impulsado por el acuerdo comercial actualizado y la fuerte recuperación en los Estados Unidos. Las tendencias de nearshoring, mediante las cuales es probable que las empresas busquen reducir los riesgos de interrupciones en la cadena de suministro ubicándose más cerca de sus mercados finales, también brindan a México oportunidades históricas. Convertir estas oportunidades en realidad requerirá brindar a los inversores, tanto nacionales como extranjeros, certeza sobre los contratos existentes y estabilidad regulatoria. Mejorar las regulaciones empresariales a nivel estatal y municipal, que en algunos casos siguen siendo costosas y complejas, también ayudaría al facilitar la creación y el crecimiento de empresas. 

Referencias: 

OECD (2022), Estudios Económicos de la OCDE: México 2022, OECD Publishing, Paris, https://doi.org/10.1787/8b913f19-es.

Woetzel, N. et al. (2017), “Bridging infrastructure gaps: Has the world made progress?”, McKinsey Global Institute. 

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