Hacia una Colombia más próspera e inclusiva

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Paula Garda y Alberto Gonzalez Pandiella, Departamento de Economía de la OCDE

Colombia ha hecho un buen progreso económico y social en las últimas décadas. La aplicación de políticas macroeconómicas sólidas, junto con una demografía y unas condiciones exteriores favorables, sustentó un crecimiento económico resiliente (Gráfica). Los niveles de vida han mejorado considerablemente y la pobreza ha disminuido.

Sin embargo, persisten los desafíos para mantener la performance y promover la convergencia hacia niveles de vida más altos. Los motores tradicionales del crecimiento, en gran medida las industrias extractivas intensivas en capital y los términos de intercambio favorables, han mostrado sus límites. El crecimiento potencial ha descendido debido a la escasa productividad. EL país tiene una de las brechas entre ricos y pobres más altas de América Latina y la OCDE, y las disparidades regionales son elevadas.

Las bases de Colombia para responder a estos desafíos son sólidas. El sólido marco macroeconómico ha sostenido el crecimiento y ha suavizado los ajustes a los shocks en el pasado. Mantener esta reputación es clave. La política fiscal deberá encontrar el equilibrio adecuado. Esto debería incluir una reducción gradual del déficit fiscal estructural, hasta el 1% del PIB en 2022, de acuerdo con la regla fiscal, junto con medidas para mejorar la combinación de impuestos y la eficiencia del gasto. Ampliar las bases impositivas y evaluar los programas sociales y las exenciones tributarias, manteniendo sólo aquellos que tengan un efecto positivo en la productividad o la equidad, deberían ser considerados.

Sólo fomentando la productividad, Colombia puede lograr un mayor y más inclusivo crecimiento, así como una menor dependencia a los recursos naturales. Serán claves el incremento de la competencia y realizar el potencial desaprovechado para hacer de las exportaciones un motor de crecimiento y creación de empleo. A pesar de los esfuerzos por promover la integración comercial a través de los acuerdos comerciales, el país sigue siendo una economía relativamente cerrada, con exportaciones que siguen siendo bajas y poco diversificadas, y gran parte de la economía protegida de la competencia internacional.

Racionalizar las regulaciones, disminuir los aranceles, reducir el uso de barreras no arancelarias, continuar mejorando en infraestructura y mejorar la logística aduanera y portuaria incrementaría la productividad de las empresas. Optimizar los programas de apoyo a la innovación y mejorar el acceso a la financiación incrementaría la competitividad. Avanzar en la digitalización, promoviendo aún más la adopción y uso de tecnologías TIC, mejoraría la competitividad y conexión de las regiones.

Si la productividad y el comercio se convirtieran en motores del crecimiento, aumentarían el bienestar y los niveles de vida. Para asegurarse que los beneficios sean compartidos más ampliamente por todos los colombianos, se necesitan reformas para fomentar empleos de alta calidad. La reducción de los aún elevados niveles de informalidad debería ser prioritaria, ya que beneficia a la productividad, la equidad y las finanzas públicas. La estrategia debería incluir reformas para reducir los costes laborales no salariales, revisar el salario mínimo para que logre un nivel más favorable al empleo, mejorar la calidad y la pertinencia de la educación y formación, e incorporar a más mujeres a los puestos de trabajo en el sector formal creando más y mejores servicios de guardería.

Las políticas sociales podrían ser más eficaces para reducir la desigualdad. Las transferencias condicionadas a los pobres son bajas y una gran parte de los subsidios, como los relacionados con las pensiones y la vivienda, van a parar a los relativamente ricos. Se podría lograr una mayor equidad reasignando más gasto, como el aumento de las transferencias condicionadas, hacia las poblaciones más vulnerables, centrándose en las zonas rurales y las minorías étnicas. Por último, la reforma del sistema de pensiones es urgente para reducir la pobreza en la tercera edad, garantizar la sostenibilidad y aumentar la equidad.

Referencia:

OECD (2019), OECD Economic Surveys: Colombia 2019, OECD Publishing, Paris. https://doi.org/10.1787/e4c64889-en

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